Diario HOY, em 19/06/2012
Un grupo de diez científicos que trabajan en el Centro de Química Inorgánica Dr. Pedro J. Aymonino de La Plata (Cequinor), dependiente del Conicet y con sede en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), logró un importante descubrimiento cuyas conclusiones fueron destacadas a principio de año en la revista The Journal of Physical Chemistry.
El equipo, coordinado por Carlos Della Védova, quien también dirige el centro local y fue decano de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP hasta el año 2010, es uno de los grupos que año a año van a Brasil a experimentar en el Laboratorio Nacional de Luz Sincrotrón (LNLS), donde fue el hallazgo. Allí, recientemente, los sorprendió un resultado que no estaban buscando: generar especies interestelares, debido a la similitud con las condiciones experimentales existentes en el Universo.
El área de trabajo del equipo es la físico química y, dentro de ella, la espectroscopía, una disciplina que mide el espectro (la energía que se produce al emitir y/o absorber distintos tipos de ondas de luz) de cada elemento. En este terreno tomaron contacto con el sincrotrón de Brasil -un acelerador de partículas-, a partir de una colaboración con grupos de ese país y otros de China.
Inesperadamente, sus experimentos resultaron en la aparición de iones -también llamados especies- que existen en el Universo, permitiendo a los investigadores trazar un paralelismo entre sus pruebas de laboratorio y lo que sucede a nivel químico en el espacio interestelar: baja temperatura, mucha luz -proveniente del sol- y un alto vacío, generado por la poca cantidad de partículas que hay por unidad de volumen. “Pero además entre Universo y laboratorio hay dos diferencias remarcables adicionales: polvo cósmico y mucho tiempo de existencia; miles y miles de años de evolución a favor del Universo”, explica Della Védova.
Las especies que aparecieron son moléculas cargadas positivamente, es decir, iones. Una de ellas es H3+, de la que los investigadores comprobaron que es inestable, porque tiende a evolucionar químicamente. Por el contrario, la otra especie, HCS+, ha demostrado ser muy estable. “Ambas especies se formaban de manera recurrente a partir de diferentes sustancias de partida. Independientemente de la composición original de las moléculas iniciales empleadas, la reacción o evolución de estas sustancias bajo las condiciones del sincrotrón siempre tenía como resultado estas dos especies. Ese hecho nos llamó la atención y originó la comparación con el sistema interestelar”, describe el especialista.
¿ Qué es el sincrotrón?
Un sincrotrón es un acelerador de partículas, con forma de anillo. Se trata de una órbita cerrada en la que los electrones son acelerados por campos eléctricos y curvados por campos magnéticos hasta que alcanzan una velocidad cercana a la de la luz. En su recorrido acelerado emiten energía de distintos valores, que puede ser utilizada convenientemente en distintas líneas. Esa energía sirve para estudiar diversas reacciones químicas, pero también tiene aplicaciones en disciplinas como Física, Medicina, Biología, Antropología y otras.
En el hemisferio sur sólo hay dos sincrotrones: uno en Australia y otro en Brasil, al que acuden numerosos grupos argentinos. En el Instituto de Física de La Plata (IFLP, Conicet-UNLP), Claudia Rodríguez Torres también integra un equipo que experimenta todos los años con el LNLS. “Se abren dos llamados por año a investigadores y, luego de evaluar los proyectos presentados, se les otorga una fecha y un tiempo para hacer sus experimentos”, explica la investigadora, que trabaja con materiales magnéticos y estudia la absorción de rayos X y fluorescencia.
“La cantidad de proyectos de instituciones argentinas crece cada año, ya que permite hacer experimentos que no se pueden lograr en el laboratorio”, señala la especialista, y agrega que los papers científicos de autores argentinos a partir de investigaciones desarrolladas en el LNLS han crecido en calidad y cantidad. “Sólo en 2010 hubo 40 publicaciones en las que investigadores de
nuestro país hacen uso de técnicas basadas en uso de luz sincrotrón”, concluye.
Utilidades únicas
El director del Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas (Infita) -Conicet, UNLP-, Félix Requejo, es el responsable del grupo Sunset, que administra el primer laboratorio nacional de absorción de rayos X, “técnica que, hasta la instalación de nuestro equipamiento en la Argentina, sólo se podía utilizar en el Laboratorio Nacional de Luz Sincrotrón de Brasil (LNLS) en todo el hemisferio sur”, según explica. “Las utilidades que nos brinda el sincrotrón son únicas porque nos permite realizar estudios sobre superficies y nanomateriales que, de otro modo, no sería posible analizar”, agrega Requejo.
Asimismo, el investigador hace referencia a Sirius, otro sincrotrón que será construido en Brasil y cuyo funcionamiento está proyectado para el año 2016, con la participación activa de científicos argentinos. “Superará en todos los aspectos al actualmente instalado y permitirá alcanzar la frontera en la especialidad en esta región”, asegura.