Tiempo de San Juan, em 07/08/2013
Mientras avanza a paso firme el llamado a licitación para construir el Túnel de Agua Negra, con menos difusión se consolida un proyecto científico inédito, asociado a la mega-obra binacional. Se trata del primer laboratorio subterráneo del hemisferio sur exclusivamente diseñado para estudiar las radiaciones cósmicas que lo atraviesan todo a toda hora y que, en un 95%, son desconocidas para el hombre.
El proyecto ANDES (Agua Negra Deep Experiment Site) no sería posible financieramente si no estuviera atado al túnel que permitirá hundirse en el macizo cordillerano con el recupero económico del corredor bioceánico Porto Alegre-Coquimbo. El Ministerio de Ciencia y Tecnología argentino garantizó los fondos.
El laboratorio tiene un costo no difundido, pero sensiblemente inferior al túnel. No está incluido en el proceso licitatorio, pero está comprometida su incorporación cuando empiece la faena en la montaña. Se trata de una bóveda dividida en tres, con una superficie de 2.500 metros cuadrados, hundido a 1.700 metros de la superficie, en el límite argentino-chileno.
Semejante escudo de roca permitirá filtrar las partículas que a diario bombardean la corteza terrestre y analizar sólo aquellas que sean capaces de atravesar esa gruesa capa montañosa, aportando información científica de relevancia internacional.
El proyecto ANDES está descripto en un documento oficial al que tuvo acceso Tiempo de San Juan. Según ese texto, los rayos cósmicos que impactan contra el planeta provienen del sol, de las explosiones supernova o de agujeros negros de millones de galaxias lejanas. Unas 15 millones de partículas sub-atómicas impactan cada metro cuadrado en un día. Haya o no un ser humano dentro de esa exigua superficie.
El objetivo de la comunidad científica internacional es protegerse de esa radiación cósmica. Por eso están construyéndose laboratorios subterráneos en distintos puntos del planeta, a miles de metros de profundidad.
Sólo unas pocas partículas sub-atómicas son capaces de pasar por las capas rocosas. Por eso un laboratorio como el proyectado junto al Túnel de Agua Negra permitirá estudiar sin interferencias las propiedades de la materia oscura. El concepto no está teñido de ciencia ficción, aunque alguno se sienta tentado a encontrar similitudes cinematográficas.
“Al parecer, todo lo que podemos ver en el universo representa sólo el 4% de la masa total”, agrega el documento. Es decir: es mucho, mucho más lo que se desconoce que lo que verdaderamente se pudo investigar hasta ahora. Los laboratorios de este tipo se ubican en Estados Unidos, Canadá, Europa y Japón, mientras que India y China están desarrollando sus propios modelos. El de San Juan será el primero y único en el hemisferio sur.
Sin embargo, no habría financiación disponible para tremendo proyecto si no hubiera surgido previamente el túnel, con asignación presupuestaria suficiente y un atractivo económico ya manifiesto por el interés de empresas constructoras registradas en el sitio web www.ebitan.org
Ubicación
El túnel de Agua Negra se extenderá a lo largo de 14 kilómetros, entre San Juan y la Región de Coquimbo. Tendrá dos túneles menores en su interior, para asegurar un sentido de circulación hacia el Este y otro hacia el Oeste, con conexiones por tramos. En paralelo a esta obra, cuya maqueta fue ampliamente difundida en Argentina y en Chile, se hará una perforación adicional que dará espacio al laboratorio ANDES.
Este lugar se ubicará entre los kilómetros 3.5 y 5, cerca del límite entre ambas naciones, donde está asegurado el espesor máximo de roca, de más de 1.700 metros, para obtener mayor protección contra la radiación cósmica.
Tendrá una caverna principal, una secundaria con cuatro pisos, y una tercera cilíndrica. Como se dijo antes, abarcará una superficie total de 2.500 metros cuadrados.
“El costo de las excavaciones y terminaciones se ubicará debajo de los diez millones de dólares, aprovechando toda la infraestructura que ofrece la obra propia del túnel (la cual
tiene un costo total aproximado de 850 millones de dólares)”, advierte el documento oficial. Sin embargo, el número se multiplicaría notablemente según estimaciones extraoficiales. Es un secreto bien guardado, en procura de no ahuyentar inversores ni entorpecer el proyecto del túnel, que es el protagónico.
Además del laboratorio subterráneo, están previstas dos instalaciones externas de apoyo, una en Argentina y la otra en Chile, con personal permanente de carácter científico, técnico y administrativo, para asegurar la operación de los experimentos.
Además de la materia oscura, planean estudiar la propagación de ondas sísmicas en profundidad, la biosfera del suelo y las mutaciones y daños estructurales a nivel celular por la radiación cósmica.
Cooperación internacional
“El liderazgo científico lo tiene la Comisión Nacional de Energía Atómica (CONEA) y participan investigadores del Departamento de Física de la UNLP. Además hay interés de instituciones mexicanas, brasileras y chilenas”, explicó el director del Instituto Nacional de la Ciencia y el Espacio (ICATE), Hugo Levato, el científico de referencia en la materia en San Juan.
“No se menciona en ningún documento oficial del túnel de Agua Negra. El laboratorio se trató por separado y es un proyecto que la CONEA inició ante el MINCYT (Ministerio de Ciencia y Tecnología) en Argentina y el MINCYT lo aprobó y aseguró fondos para el mismo”, advirtió Levato.
A futuro se prevé que la CONEA esté al frente de la gestión del laboratorio ANDES, aunque en permanente cooperación con los países miembros del corredor bioceánico y con otras naciones latinoamericanas, particularmente México.
El país del Norte ya participó en experiencias de colaboración internacional exitosos en este campo científico, como el Observatorio de rayos cósmicos Pierre Auger en Argentina, el Observatorio Europeo Austral (ESO) en Chile, el Laboratorio Nacional de Luz Sincrotrón (LNLS) en Brasil, y el Observatorio de rayos gamma HAWC en México, con la creación del Consorcio Latinoamericano de Experimentos Subterráneos (CLES).
Objetivo: La materia oscura
A principios del siglo XX, Lemaître y Hubble describieron el fenómeno de la expansión del universo y luego se consolidó esa teoría con la observación de la radiación de fondo de microondas, remanente del big-bang, según describe el documento del laboratorio ANDES. Este es el punto de partida para entender el por qué de la necesidad de investigar a 1.700 metros de profundidad, debajo de la cordillera.
Recientemente se hallaron pruebas acerca de la aceleración de la expansión del universo. Esto indica que su contenido de materia y energía es mayor al que estimaban los científicos. Sólo pueden justificar el 4,4%, mientras que el 95,6% restante es un verdadero misterio. De ese 95,6% se estima que el 74% corresponde a energías oscuras y el 21% a materias oscuras.
Cómo está compuesta la materia oscura, es un verdadero misterio. El documento oficial del laboratorio ANDES afirma que “su gran mayoría consiste en un nuevo tipo de materia, nunca encontrado hasta el día de hoy”. Por otro lado, afirma el texto que, a nivel teórico, esa materia estaría compuesta por los neutrinos estériles masivos, los axiones, y los WIMPs (weakly interacting massive particles).
Ebitan dio el ok
La Entidad Binacional Túnel de Agua Negra (Ebitan), seno de los acuerdos para avanzar con la monumental obra cordillerana entre San Juan y Coquimbo, alienta la concreción del proyecto ANDES, a pesar de que no está incluido dentro de los pliegos originales de licitación.
Hombre de claustros universitarios, el ministro de Infraestructura de San Juan, José Strada, fue uno de los más entusiastas defensores de esta iniciativa científica.
Hasta el próximo 11 de octubre tendrán plazo de presentarse las empresas interesadas en construir el túnel. Hasta entonces podrán hacer las consultas necesarias vía Internet en el sitio web de la Ebitan (www.ebitan.org), que se puso en funcionamiento oficialmente el mes pasado. Hubo una verdadera avalancha de contactos, de compañías provenientes de una docena de países de todo el mundo.