Salamanca 24 horas, em 13/12/2012
Mientras que España es una potencia en la parte teórica, en Brasil podrían fabricarse los dispositivos que se diseñan en centros como la Universidad de Salamanca
Científicos brasileños que participan en Salamanca en el simposio ‘Fronteras de la Ciencia en Brasil y España son líderes en el desarrollo de un nuevo tipo de dispositivos denominados FinFET, transistores que permiten la creación de chips cada vez más potentes. Algunos investigadores de la Universidad de Salamanca también estudian este campo desde una perspectiva teórica, de manera que a partir de este encuentro se podrían establecer colaboraciones entre ambas partes, según han explicado hoy los expertos de ambos países.
El desarrollo de este tipo de dispositivos es ideal para avanzar en la tecnología de teléfonos móviles y tabletas. Reducir el tamaño de los dispositivos, lograr un menor consumo para su funcionamiento o una mayor velocidad en la ejecución de tareas son algunas metas que se plantean los científicos. “Los transistores comenzaron ocupando una superficie plana y ahora se piensa en vertical para que ocupen menos espacio”, puso como ejemplo João Antonio Martino, especialista de la Universidad de Sao Paulo, en declaraciones recogidas por DiCYT (www.dicyt.com).
Tomás González, investigador de la Universidad de Salamanca, ha explicado que en la actualidad no existen proyectos de investigación concretos en común, pero que precisamente este foro pretende dar los primeros pasos para ello. “Investigamos en dispositivos semejantes que se podrían materializar fabricándolos en Brasil”, ha señalado.
En España existe “un buen nivel desde el punto de vista teórico”, ha asegurado Javier Mateos, otro de los investigadores de la institución académica salmantina que trabaja en este campo y coordinador de la jornada de hoy del simposio, dedicada a Nanotecnología, Materiales y Fotónica . Sin embargo, pasar de la teoría, de la que se ocupan centros como la Universidad de Salamanca, a la práctica requiere “tiempo y dinero”. No obstante, hay empresas españolas que se dedican al sector de los nanodispositivos y trabajan con componentes básicos, por ejemplo, en la producción de grafeno, pero estas actividades se sitúan lejos de las posibles aplicaciones industriales.
Existen algunos casos de éxito, como la fabricación de nanofibras de carbono, en la que España se encuentra entre los países líderes a través de empresas como el Grupo Antolín, de Burgos, pero en general la transferencia de conocimiento en este campo aún es muy escasa, explica Enrique Díaz, experto de la Universidad de Salamanca.
También la teoría se impone sobre las aplicaciones en España en el sector del grafeno, un nuevo material derivado del grafito que sólo está compuesto por una capa de átomos de carbono y que tiene unas propiedades que podrían revolucionar la tecnología electrónica actual. A nivel mundial, destaca la figura de Paco Guinea, investigador del Instituto de Materiales del CSIC, que precisamente mantiene colaboraciones con científicos de Sao Paulo con importantes resultados en el campo de la superconductividad de materiales. En este sentido, la Unión Europa tiene previsto desarrollar un gran proyecto sobre aplicaciones del grafeno en el que participarán investigadores españoles, según han recordado los científicos españoles y brasileños como ejemplo de las posibilidades que abre la colaboración entre ambos países en el campo de la Nanotecnología.
El único sincrotrón de América Latina
Otro de los protagonistas del día ha sido el director del Laboratório Nacional de Luz Síncrotron (LNLS), Antonio José Roque da Silva. Esta instalación es el único sincrotrón de América Latina. “Nuestro objetivo es generar luz con características especiales para estudiar cualquier material”, señaló, comparando esta infraestructura con el sincrotrón ALBA, que España ha construido en Barcelona y con el que los científicos brasileños del LNLS también están en conversaciones para colaborar, según comentó Roque da Silva. Los sincrotrones son aceleradores de partículas, pero a diferencia de una gran instalación como el CERN, que busca principios físicos fundamentales, permiten realizar estudios de muestras biológicas o materiales para campos tan diversos como la Medicina, la Arqueología o el desarrollo de aplicaciones nanotecnológicas.