Agência EFE, em 05/01/17
Un centro tecnológico brasileño desarrolló un material para purificar agua y aire a partir del bagazo de la caña de azúcar que ha demostrado ser eficaz y viable en experimentos realizados en China, informaron hoy fuentes oficiales.
Los investigadores del Centro Nacional de Pesquisas en Energía y Materiales (CNPEM), organismo vinculado al Ministerio de Ciencia y Tecnología, convirtieron el bagazo de la caña de azúcar, un residuo agrícola, en un poderoso filtro de carbón activo mediante el aprovechamiento de nanopartículas de plata agregadas al material.
El carbón activo desarrollado con el residuo agrícola “es una alternativa económicamente viable, hasta un 20 % más barata que el actualmente importado por Brasil, y con la misma eficacia en comparación con productos ya existentes en el mercado”, informó el CNPEM en un comunicado.
El material puede ser utilizado, entre otras aplicaciones, para tratar agua en las empresas de saneamiento o purificar el aire contaminado por los gases emitidos por vehículos en una ciudad.
La innovación, además, le da un nuevo uso a un abundante residuo agrícola de Brasil, el mayor productor mundial de caña de azúcar.
Según estadísticas de los productores, Brasil produjo en su última cosecha 666.000 toneladas de caña de azúcar, de las que una tercera parte quedó convertida en bagazo tras ser procesada por las plantas que producen azúcar refinado o etanol.
“Ese residuo sirve como materia prima para producir un material avanzado con elevadas propiedades antibacterianas cuando se la asocia a las nanopartículas de plata. Se trata, por lo tanto, de un excelente material para la descontaminación ambiental”, afirmó el especialista Diego Martinez, investigador del Laboratorio Nacional de Nanotecnología (LNNano) y uno de los coordinadores del proyecto.
El proyecto tuvo origen ante la demanda de una empresa de generación eléctrica que utiliza el bagazo de la caña de azúcar como fuente de una térmica y que dejaba como residuo, producto de la quema del vegetal, un nuevo residuo rico en carbono y propicio para la producción de carbono activo.
Brasil utiliza grandes volúmenes de carbono activo, en su mayoría importado y fabricado a partir de madera, huesos de animales o cáscara de coco, como filtro en plantas de tratamiento de agua.
“El gran problema es que Brasil depende mucho del mercado exterior para la obtención del producto. El carbón activo que producimos puede salir un 20 % más barato que el importado”, explicó Mathias Strauss, igualmente investigador del LNNano.
El material desarrollado ya es utilizado en pruebas para descontaminar el aire en túneles de la ciudad de Shangai gracias a un acuerdo de cooperación con China.
“Los chinos lo usan como descontaminador de aire en túneles de la ciudad en que hay grandes embotellamientos y en que los carros permanecen mucho tiempo emitiendo gases tóxicos. Ese aire es tratado para minimizar los daños para los conductores”, agregó Strauss.
Los investigadores brasileños calculan que el proyecto ya tiene la madurez suficiente como para permitir que el producto esté disponible en el mercado en un plazo de entre cinco y diez años.